Un actor español puede tener muchos cortes, pero el sentimiento verde
esperanza, la mirada blanca de honestidad y el negro que da el presente
conforman la forma del extremeño Luis Bermejo. El que fuera nominado a los premios Goya en la categoría de actor revelación por ‘Una palabra tuya’, se sube al escenario del Teatro Galileo de Madrid para representar ‘El traje’ de Juan Cavestany.
“Es
una comedia estimulante con la realidad. Permita al espectador ser
activo, y meterse en la situación. Le obliga a intercambiar opinión con
los compañeros de butaca”, comenta Bermejo sobre ‘El traje’,
una comedia triste que caricaturiza la sociedad de consumo y la
opresión del ciudadano. Una función en la que se destila el humor,
porque “el humor ayuda a esclarecer las verdades”.
Aunque ha nacido en Madrid sus raíces se encuentran en la Zarza de Montánchez, Cáceres. “Somos nuestra infancia, y la mía está en Extremadura”, reitera Bermejo antes de encender la grabadora. Estudió Arte Dramático en la escuela Cristina Rota de la capital española, donde vive y mantiene una relación con la actriz Malena Alterio, Belén en la desaparecida serie 'Aquí no hay quien viva'.
En su debut en televisión son siete los capítulos que grabó en la serie ‘Maneras de sobrevivir’, además estuvo en ‘Compañeros’. La Lista de series en la que ha participado sigue con ‘Lex’, una serie de corta vida sobre un bufete de abogados, ‘Hospital central’, ‘La familia mata’, ‘Siete vidas’ o ‘El síndrome de Ulises’.
MUCHO TEATRO
Aunque ha participado en cine en ‘El otro lado de la cama’ o ‘Días de fútbol’,
destaca su faceta teatral. Y es que cuenta con una larga lista de
funciones en las que ha transmitido su verdadera vocación, aunque, como
confiesa Luis Bermejo, haga “teatro comercial para ganar dinero, no es mi principal objetivo”. Así algunas de las obras en las que ha aparecido son ‘El Mesías’ de Steven Berkoff, dirigida por José Luis Gómez, ‘Las Manos’ de Yolanda Pallín y José Ramón Fernández bajo la dirección de Yagüe, o ‘De ratones y hombres’ por Cristina Rota.
Ya había formado parte de la compañía de la Abadía cuando en 1995 funda la compañía Teatro del Zurdo, además actualmente alimenta su facete de director llevando ‘Yo soy don Quijote de la Mancha’, haciendo los ensayos en el colegio Cardenal Cisneros, en la Plaza España de Madrid. Y más que teatro Luis Bermejo es un actor dedicado a la profesionalidad en el trabajo, y al apego de la tierra.
¿Qué dirías de Extremadura?
Solo
puedo decir maravillas de los extremeños. Es el sitio de mi recreo. Y
mis raíces extremeñas no las puedo negar aunque mucha gente me dice que
no tengo acento. Pero para mi Extremadura es maravillosa y sobretodo su
gente tan noble. Qué puedo decir, si mis orígenes se remontan a mis
tatarabuelos. Los abuelos de mis abuelos, debo añadir, venían de un
hospicio portugués. Pero mi naturaleza está en Extremadura, la comarca
de Montánchez, Zarza de Montánchez, Salvatierra…
Muy buenos embutidos.
Sí,
exquisitos. Y además allí esta la encina terrona, que es la más grande
de Europa. Es un hito que no hay que perderse de Extremadura.
Y el embalse.
Sí,
sabes bien sobre la zona. Conocerás entonces el juego de las bolas. Las
bolas es un juego clandestino que se hace del 15 al 30 de septiembre, y
al que mis abuelos están involucrados. Como no hay casinos, debe ser el
único momento del año en el que les permitía jugarse los cuartos, y en
algunos casos las fincas.
¿Qué puedes decir del Teatro Romano de Mérida?
Estuve
con una comedia de Aristófanes. Por un lado lo visité en un ciclo para
institutos hace años, y por otro lado cuando habilitaron el anfiteatro
hace 5 ó 6 años con ‘Los caballeros de Aristófanes’. También he estado
en el Gran Teatro con un espectáculo’ Las Manos’, la trilogía de la
juventud. ¿La has visto?
Hice de Paciano, en la misma obra.
Yo también era Paciano (risas)
LUIS, EL ACTOR
¿Cómo ha creado el personaje?
Pues
se ha ido construyendo sobre lo que íbamos haciendo. Capa a capa.
Primero lo abordé desde el texto, con la intuición, y añadiéndole
cuestiones desde la pura acción. Así se va configurando desde lo más
interno, y luego sumando el grado de caracterización.
¿Has llegado a interiorizar el personaje tanto como para que salga en situaciones de actual controversia?
Juegas
con propiedad a ser otro, y luego lo abandonas ahí. Hay situaciones tan
pegadas a la realidad que te ves en situaciones tan parecidas que sin
querer apelas a reacciones de ese personaje. Pero el juego lo abandono
en el escenario.
¿Por qué le gusta la obra?
Este
espectáculo es lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo. Adoro a Juan,
porque es un director que da voz a personajes del extrarradio. Del
extrarradio de lo humano. Es un texto de aquí, de ahora, del presente
absoluto. Y así te da posibilidad de trabajar el presente. La forma de
trabajar de Juan es proponiendo lo colectivo, y no de forma autoritaria.
Quizá por eso me guste más.
SOBRE LA ACTUALIDAD
¿Qué tendrías que decir de las manifestaciones en el Congreso?
El
teatro es un acto de llamar a la reflexión. La gente quiere ocupar la
plaza no porque sí, sino para que se escuche. La plaza como lugar donde
el ciudadano puede quejarse de lo que esta pasando, en el Congreso. El
teatro también es una plaza, un lugar donde se intenta llamar al
pensamiento crítico. Una ficción, un suceso que llama a la atención. En
las previas que hemos hecho la gente ha salido tocada por el tema que se
trata.
¿Qué solución propondrías a lo que está ocurriendo?
Hay
que destruir muchas cosas, muchas estructuras para hacerlas de nuevo.
Sobretodo a toda clase política y gente que nos representa.
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