--> El triángulo de
verano, las estrellas más visibles en la estación, está formado por Vega, Deneb y Altair.
· --> El próximo 12 de
agosto habrá una de las mayores lluvias de estrellas del año: la famosa lluvia
de las Perseidas.
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El cielo de Valizas, Uruguay, en la calurosa estación. Fotografía propiedad de Fedaro. |
Seguro que en más de una ocasión
de la época estival has pensado en ir “a ver las estrellas” con alguien
especial. Pero llegado el momento, echado en el césped de un parque de la
ciudad, piensas: “¡Pero qué digo ahora!”. Si quieres salir del paso, Say Say te
enseña algunas claves para ver el cielo en verano, situar las constelaciones y
que quedes como un rey con una buena historia sobre los mitos de Orfeo, Némesis o Ganímedes.
En verano, los días son más largos
y las noches tardan en llegar. La luz está presente en el día a día, e incluso,
mucho tiempo después de la puesta del Sol. Pero desde luego, a pesar del calor, tiene sus ventajas
para ser testigo de un verdadero espectáculo. Además de no pasar frío.
Pero sin duda alguna, es entonces cuando la Vía Láctea es protagonista del cielo, la galaxia a la que pertenece
la Tierra, junto a unos 200.000 millones de estrellas más. Al estar inmersos en
ella, se ve como una débil mancha blanquecina que cruza el cielo de lado a
lado. Sin embargo, esta esquiva luz es invisible desde las ciudades y se
necesitar alejarse de las grandes urbes para disfrutar del resplandor de la
galaxia.
EL TRIÁNGULO DE VERANO
Aunque sin duda alguna, lo que
más destaca es el triángulo de verano. Esta figura, que no es una constelación,
está formada por tres estrellas
brillantes de tres constelaciones diferentes: Vega,la quinta estrella más
brillante del cielo, en Lira; Deneb, a 1800 años luz alejada de la Tierra, es
la cabeza del Cisne (Cisne); y Altair, la estrella más brillante de Aquila (el
Águila). Durante la noche estas tres estrellas se desplazan desde una posición
cercana al zenit del cielo hasta el oeste.
Estas tres estrellas, Vega, Deneb
y Altair; son tan brillantes que con frecuencia se pueden ver en el cielo de
las ciudades. En una zona oscura se ve la multitud de estrellas que puebla esa
zona, por la que también discurre la Vía Láctea.
Estas constelaciones deben su
nombre a griegos y romanos, que las relacionaron con sus mitos y creencias.
También se contempla el resto de constelaciones y estrellas más llamativas del
verano: Antares, en la constelación del Escorpión –al Sur, junto a la de
Sagitario–, la Osa Mayor, Cassiopea –al Norte–, Hércules y los fantásticos
objetos que en su interior escoden. Además, se observa hacia el Sur a Saturno,
muy cerca de la estrellas Spica, a lo largo de todo el verano.
SITUARSE EN EL CIELO
SITUARSE EN EL CIELO
Lo primero que el aprendiz de
astrónomo debe saber hacer es situarse bajo el cielo e identificar la Osa Mayor, el carro, o lo que muchas veces se llama el cazo. Mirando al cielo debe
ser capaz de localizar una serie de estrellas que tienen forma de cazo de calentar
la leche o de un carro. Esta constelación se conoce como Osa Mayor y es visible
todo el año.
A partir de ella podremos
localizar la siguiente constelación, contando cinco veces la distancia de la
base de carro hacia arriba, encontraremos una estrella muy brillante: Es la estrella
polar o también llamada polaris. Esta estrella es muy importante porque permanece
fija en el cielo, y siempre señala el Norte: El resto de estrellas giran alrededor
de ella, durante toda la noche. Los marineros la usaban para orientarse en el mar.
La siguientes constelación que
identificaremos es la Osa Menor, que también tiene forma de cazo, la punta del
cazo es Polaris, o de carro igual que la Osa Mayor, sólo que invertido y sus
estrellas son menos brillantes, por lo que cuesta más trabajo verlo en el
cielo, si no está muy oscuro.
ENCUENTRA EL TRIÁNGULO DE VERANO
Una vez que localizado Osa Mayor
y Menor, si se mira alto hacia el noreste se ven tres estrellas muy brillante… ¡El
triángulo de verano! Para identificarlas en el cielo hay que buscar levantando
la cabeza hacia Polaris, cara al Norte, y mirando un poco hacia a la derecha:
en seguida aparece Vega, Deneb (la cola del cisne) y hacia al Este, Altair.
LA LYRA: MITO DE ORFEO
Según la mitología griega, la
constelación de Lyra es en honor de la lira de las musas o ninfas inspiradoras
de las artes que fue inventada por Hermes, un Dios menor mensajero de Zeus, que
se dice protector de los ganaderos, viajeros, poetas y trotamundos. Éste dio a
Apolo, hermano gemelo de Artemisa, Diosa de la caza, y Dios de la luz y el Sol;
la verdad y la profecía; el tiro con arco, la medicina y la curación; la música,
la poesía y las artes…
Un día Orfeo conoce a Eurídice y
se enamoran. El día de su boda Eurídice sufre un intento de rapto por parte de
un pastor rival de Orfeo, y huye pero en la carrera pisa inadvertidamente una
serpiente que le muerde en un pie causándole la muerte. Orfeo, desesperado,
decide bajar al inframundo a buscarla. Al llegar pide a Caronte que le lleve en
su barca al otro lado de la laguna Estigia, a lo que Caronte se niega.
Orfeo comienza a tocar su lira provocando
el embelesamiento del barquero, quien accede a llevarle a la otra orilla. De la
misma manera convence al Can Cerbero, el guardián del infierno, para que le abra
las puertas. Ya frente al Dios Hades le suplica por su amada, y éste accede
embelesado por la lira de Orfeo, pero poniendo como condición que Orfeo no debe
contemplar el rostro de Eurídice hasta que hayan salido del Infierno y el Sol
haya bañado completamente el cuerpo de Eurídice.
A pesar de sus ansias, Orfeo no
volvió la cabeza en todo el trayecto, incluso cuando pasaban junto a algún
peligro o demonio, no se volvía para asegurarse de que Eurídice estuviera bien.
Llegaron finalmente a la superficie y, por la desesperación, Orfeo volvió la
cabeza para verla; pero ella todavía no había sido completamente bañada por el
sol, todavía tenía un pie en el camino al inframundo: Eurídice se desvaneció en
el aire, y esta vez para siempre. Cuando Orfeo murió, su lira fue puesta por
Zeus entre las constelaciones del cielo.
EL CISNE: MITO DE NÉMESIS
En la mitología griega, la constelación
representaba varios cisnes legendarios. Así, Zeus se disfrazó de cisne para seducir
a Némesis, de la que según la leyenda, nació Helena de Troya. Orfeo fue
transformado en cisne tras su muerte, y se dijo que había sido puesto en el
cielo junto a su lira por Zeus.

Esta leyenda guarda relación con el valor simbólico de
Némesis: Némesis personifica, en efecto, la “venganza divina”. Es la encargada
de suprimir toda “desmesura”, como, por ejemplo, el exceso de felicidad en los
mortales o el orgullo de los reyes. Sus sanciones tienen usualmente la
intención de dejar claro a los mortales que, debido a su condición humana, no
pueden ser excesivamente afortunados ni deben trastocar con sus actos el orden
del universo.
Es ésta una concepción
fundamental del espíritu helénico: todo cuanto sobresale de su condición, tanto
en bien como en mal, se expone a la represalia de los dioses ya que tiende a
poner en peligro el equilibrio universal; por eso debe castigarse si se quiere
que el mundo siga tal como es.
Némesis recibía los votos y
juramentos secretos de amor y vengaba a los amantes infelices o desgraciados
por el perjurio o la infidelidad de su amante. Se la representa con una corona
y a veces con un velo que le cubre la cabeza; suele llevar una rama de manzano
en una mano y una rueda en la otra. La cabeza de Némesis se ve coronada en los
monumentos griegos y algunas veces sale de ella un asta de ciervo para indicar
la prontitud con que da a cada uno lo que le corresponde.
EL ÁGUILA: MITO DE GANÍMEDES
Esta constelación es en honor al
águila, el único animal que es capaz de volar de cara a los rayos del Sol. Fue
Zeus quien se convirtió en águila para raptar al joven y bello mortal troyano
Ganímedes, de quien se enamoró, y llevarlo al monte Olimpo para servir de
copero a los Dioses.

Un día, al mirar desde su trono
en lo alto del Olimpo, Zeus espió a Ganímedes, que estaba con sus amigos
refrescándose bajo la atenta mirada de sus tutores mayores en los prados del
Monte Ida. Instantáneamente, el Rey de los Cielos se prendió de amor por el los
muslos del joven troyano.
Con una rápida sacudida, Zeus se convirtió en una
fuerte águila. Se dejó caer directo sobre el mundo de los humanos. Proyectando
relámpagos en todas direcciones, el águila majestuosa se abalanzó y agarró
delicadamente al joven por sus talones. Los tutores mayores intentaron
detenerlo mientras los perros se ponían a ladrar como locos. Sin prestarles
mayor atención, el Dios y el joven se alzaron cada vez más alto hasta
desvanecerse en el cielo azul.
OTROS ESPECTÁCULOS ESTELARES
Por si no fuera poco, hay que
recordar que el próximo 12 de agosto habrá una de las mayores lluvias de
estrellas del año: la famosa lluvia de las Perseidas. Promete ser un buen
espectáculo al encontrarse la Luna en una joven fase creciente que no impedirá
la observación de estos meteoros. Además, el cielo sorprenderá con tres Super Lunas
llenas que se van a suceder durante este verano. La primera, este 12 de julio,
y después el 10 de agosto y el 9 de septiembre. En junio del año pasado, un
fenómeno similar presentó la luna llena un 14% mayor y un 30% más brillante de
lo habitual, decía la National Aeronautics and Space Administration (NASA).
El término científico para este
espectáculo es "Luna de perigeo". Las lunas llenas varían de tamaño
por la forma redondeada de la órbita de la Luna. La Luna lleva una trayectoria
elíptica -es decir, que no es un círculo perfecto- alrededor de la Tierra con
un lado, "perigeo", cuando se acerca unos 50.000 kilómetros más a la
Tierra que el otro, el "apogeo". Las lunas llenas que se producen en
el lado perigeo de la órbita de la Luna sorprenden por su gran tamaño y
luminosidad, y así ocurrirá tres veces este verano.
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